martes, 17 de junio de 2014

La lógica

Hola compañeros:

He decidido aparcar momentáneamente la política para volver con temas más teóricos y más abstractos, pero que al mismo tiempo suscitan nuestra curiosidad y nos compelen a la pregunta más filosófica de todas: wtf? (o dicho más académicamente, ¿qué demonios es esto?). En la carrera de filosofía existen dos asignaturas muy alejadas de los contenidos habituales de la carrera y que nos fuerzan a considerar por qué existen: Lógica I y Lógica II (la cual suspendí para septiembre). Así pues, y dado que todos en algún momento hemos oído hablar de la lógica tendremos que preguntarnos muy filosóficamente: ¿qué demonios es la lógica? Y una vez aclarado eso, ¿para qué sirve? La lógica es la parte de la filosofía que estudia los razonamientos. En concreto, la lógica estudia una cosa que se llama "inferencia". Una inferencia es el paso de unas premisas a una conclusión. Veámoslo con un ejemplo.
  • Todos los hombres son mortales. [premisa número 1]
  • Sócrates es hombre. [premisa número 2]
  • Por tanto, Sócrates es mortal. [conclusión]
En este caso vemos que la conclusión "Sócrates es mortal" se sigue necesariamente de las premisas 1 y 2. Nos encontramos ante un razonamiento válido. La diferencia entre validez y verdad ya la analizamos aquí y haríais bien en repasar aquello para poder entender mejor esto. La lógica, pues, se dedica a estudiar los argumentos y a establecer cuáles de ellos son válidos y cuáles de ellos no lo son. De este modo, busca entender y marcar los límites del discurso racional y de esa manera alejarnos del absurdo lo más posible.

Hasta aquí no resulta demasiado nuevo ni demasiado original (repito que algo parecido ya fue hablado en su día en el blog) pero la lógica tiene una rama bastante diferente que se dedica a otra cosa, relacionada pero no exactamente igual. Esto es la lógica informal, consagrada al estudio de las falacias y la persuasión. En vez de estudiar el discurso lógicamente válido, la lógica informal estudia cómo convencer mejor con un discurso, cómo evitar caer en falacias y cómo persuadir a una audiencia de que lo que transmites es verdad. Es el arte de la oratoria y la retórica, tan importante para políticos y tertulianos de sobremesa.

Aunque frecuentemente se asocia el término falacia con mentira eso es muy inexacto. Una mentira es una idea que no se corresponde con la realidad y que se intenta hacer pasar por real conscientemente mientras que una falacia es una inferencia lógicamente inválida que se intenta hacer pasar por válida. Es decir, una falacia es un argumento lógicamente inválido que se intenta hacer pasar por válido. Veámoslo con ejemplos:
  • Mentira: no estoy leyendo el blog.
  • Falacia: no leo el blog porque me huelen los pies.
Como vemos, una y otra no son exactamente iguales. De hecho, una falacia puede estar formada por proposiciones verdaderas (puede ser verdad que no leas el blog y puede ser verdad que te huelan los pies) pero lo que no es lógica es la conexión entre una idea y la otra.

Todos utilizamos continuamente falacias y esta en nuestras manos el dejar de hacerlo e intentar modular un discurso consistente y lógico. A nadie hace ningún favor que las utilicemos y menos que a nadie a nuestro discurso, a nuestra idea. Podemos caer en un muchísimos tipos de falacias, algunas de las cuales son:
  • Falacia ad hominem: atacar a una idea atacando a la persona que defiende esa idea. Por ejemplo, "no me digas que llegar tarde está mal porque tú eres siempre impuntual".
  • Falacia ad baculum: persuadir por medio de la fuerza.
  • Falacia del hombre de paja: atacar una idea ridiculizándola y llevándola al extremo para atacar la versión radical de la idea (que siempre es más fácil que atacar la versión moderada). Por ejemplo, "¿votas al PP?, entonces eres un fascista".
  • Falacia del arenque ahumado: o como se dice normalmente, "cambiar de tema". Por ejemplo, una niña a la que se le está llamando la atención por llegar tarde y que contesta "lo que pasa es que no me queréis en esta casa."
  • Argumento de autoridad: algo es verdad porque una persona con renombre y reputación en el sector lo afirma.
  • Argumento ad populum: algo es verdadero porque mucha gente no puede estar equivocada.
  • Post hoc ergo propter hoc: que significa "después de esto, por tanto a causa de esto". Significa que atribuimos que una cosa es un efecto de otra por el mero hecho de haber sucedido después que otra, cuando puede haber sido simple casualidad. ¡La base de todas las supersticiones!
Y así podríamos seguir todo el día pero creo que os hacéis a la idea. ¿Qué tipo de falacias utilizáis? ¿Cuáles han utilizado en vosotros? ¿Veis alguna a vuestro alrededor con frecuencia? Estad atentos, filósofos, pues uno nunca sabe cuando intentan manipular su mente...


¡Saludos filosóficos!

4 comentarios:

  1. No se si será o no una falacia pero desde luego parece mentira aquello de que ha decidido aparcar la política con éste post.

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  2. Acabo de conocer el blog (a través de twitter) y me parece interesantísimo. Seguro que la vida está llena de falacias, voy a intentar distinguirlas. Saludos

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