lunes, 18 de enero de 2016

La verdadera tragedia de la política

¡Hola compañeros!

Vuelvo. Lo sé, lo sé, tardo mucho en escribir contenido nuevo pero ya sabéis que la vida es un frenesí, panta rei y todo eso. Una excusa buena ¿eh?

Hoy vengo a hablaros de la verdadera tragedia de la política. Sé que muchos de vosotros pensáis que la verdadera tragedia es la política. Y no os quito la razón: tipos con rastas y poca higiene personal hablando desde un escaño político, partidos políticos anquilosados incapaces de ponerse de acuerdo en lo más mínimo con tal de mantener sus prebendas y privilegios, "líneas rojas" por todas partes permanentemente traspasadas y eliminadas, corrupción generalizada de todos los colores, etc. Básicamente, estamos contemplando el fin de un régimen político que inicia su lenta decadencia hacia otro; la socialdemocracia y el Estado del Bienestar muestran quiebras y un agotamiento cada vez más evidentes. El problema es que parece que la solución de los políticos es profundizar en este decrépito sistema, vía más socialdemocracia, más socialismo y, sobre todo, más intervención.

Y de eso vengo a hablaros hoy: de la intervención política y lo que constituye la mayor tragedia de la política en la historia. Esa tragedia se puede resumir de la siguiente manera: toda intervención política -repito, toda- produce siempre el efecto exactamente contrario al que pretende. Diréis que exagero, que ya estoy yo con mis teorías anarcocapitalistas, que soy un imbécil (nunca descartéis esa posibilidad), etc. Voy a intentar mostraros la verdad de esta ley política en tres de las más grandes intervenciones históricas de los gobiernos: los impuestos, las prohibiciones y, por supuesto, la guerra.

a) Impuestos

Los impuestos son la primera gran intervención estatal. En nuestra querida socialdemocracia los impuestos se presentan como una medida redistributiva que traslada dinero desde las capas más altas de la sociedad a las más bajas en un proceso igualitarista que pretende disminuir la desigualdad y los privilegios de los más ricos redistribuyendo verticalmente rentas de modo coactivo (es decir, por la fuerza). En esta utopía socialdemócrata, los ricos pagan sus impuestos religiosamente para que las clases medias y, especialmente, las bajas reciban beneficios, subvenciones y rentas. Aesto lo ven como solidaridad y como un proceso que ayuda a cohesionar la sociedad.

Sin embargo, la realidad de esta intervención es bien conocida. La redistribución de rentas en nuestras sociedades nunca es vertical, sino horizontal: son las clases medias las que resultan saqueadas continuamente para meternos las manos en los bolsillos los unos a los otros hasta el punto de que uno ya no sabe si es más lo que da que lo que recibe. Lo que se nos presenta como una intervención igualitarista se transforma en una carrera contrarreloj en la que todos acabamos resintiéndonos de los demás por el uso de los bienes públicos pagados "entre todos". Acabamos incluso odiando a todos aquellos que quieren "desenchufarse" del sistema, ya sea cambiando la nacionalidad o simplemente cometiendo fraude fiscal (que no es otra cosa que evitar que el Estado te robe lo que es tuyo).

Es decir, lo que se presenta como una intervención virtuosa provoca que una clase privilegiada (la clase política) viva a costa de los demás con el dinero extraído mayoritariamente a la clase media. Los ricos siempre tienen maneras de defenderse de estos robos pero somos nosotros los que resultamos atrapados en la red fiscal, y ¡ay del que encima se queje!

b) Prohibiciones

Las diversas prohibiciones que los gobiernos imponen sobre los ciudadanos pretenden dirigir virtuosamente la vida de estos y alejarlos del vicio y las costumbres "poco democráticas". Pongamos como ejemplo concreto la prohibición de las drogas (aunque esto es aplicable a cualquier prohibición). Al prohibir las drogas los gobiernos dicen querer detener su consumo para que el drama de la droga no se apodere de la sociedad y la gente no quede enganchada a tan peligrosa sustancia. Es decir, pretenden salvar vidas y ayudar a la sociedad a ser más pura. ¿Cuál es el efecto de esta intervención?

En primer lugar, las muertes que provoca la famosa "guerra contra la droga" (nótese siempre el lenguaje bélico de las intervenciones estatales) superan con mucho, muchísimo, las muertes por sobredosis. Consideremos a Méjico, un país tradicionalmente inmerso en estas prácticas y muy azotado por sus mafias. en 2015 murieron en Méjico por sobredosis 4000 personas. Una cantidad alta, ¿verdad? Pues resulta que desde 2006 hasta 2012 han muerto o desaparecido en Méjico en la guerra contra las drogas 86000 personas; eso hace 14334 personas al año: más del triple que por sobredosis. Poco hay que añadir a esta intervención, cuyo efecto ha sido muy, muy, muy pernicioso (excepto para las mafias, que han visto crecer sus ingresos año tras año).

c) Guerras

Las guerras son una intervención política como cualquier otra (e igual de coactiva que cualquier otra). Es cierto que las democracias no suelen guerrear demasiado entre ellas, pero son tremendamente agresivas con aquellos países que no son democracias. La España democrática está inmersa en innumerables conflictos armados mientras que durante una dictadura militar apenas intervino militarmente en ningún sitio. Maldita OTAN, maldita seas.

Ehem, que me distraigo. Las guerras en las que intervienen los Estados que buscan objetivos políticos siempre provocan resultados no deseados. Entramos en Iraq para eliminar un tirano y nos salen bichitos por todas partes, entramos en Afganistán buscando un criminal y los criminales terminan buscándonos a nosotros, nos aliamos con otros países para buscar la paz y no hacemos más que estar en guerras.

La guerra es la salud del Estado, la excusa perfecta para reducir libertades y subir los impuestos. El Estado siempre busca la guerra y por eso su lenguaje tiende siempre a ser bélico ("guerra contra la pobreza", "guerra contra el fraude fiscal", "guerra contra el cambio climático"). Cuando los Estados van a la guerra toda la maquinaria estatal se moviliza en una de las acciones que les permite tener sentido y exigir "sacrificios" a la ciudadanía. Sin embargo, no hay más que ver los experimentos bélicos en Oriente Medio para percatarse de que todas esas experiencias salen mal, siempre salen mal, y producen resultados imprevistos y muchas veces contraproducentes.

En fin, os dejo con Mafalda, que nunca está de más actualidad.




10 comentarios:

  1. Que alegría su regreso y más cuando el tema es tan interesante como este.
    Fijese que no coincidimos en esto. Dice usted "toda intervención política (lo reitera) produce el efecto contrario al que pretende" Matizaría: "toda intervención impolítica, estatal, produce el efecto contrario al que pretende"
    Las decisiones políticas en formas no estatales por ejemplo I.Romano conseguían el efecto pretendido.

    Por otro lado Difiero también en aquello de las prohibiciones. Un gobierno para gobernar habrá de prohibir. Por ejemplo controlando las fronteras pudiera llegar un punto en el que se prohibiera la entrada en el país. Y esto es un sano ejercicio político si las circunstancias lo hacen necesario.

    El Poder no es malo per se y el Poder político tampoco, por ello no hay que tener miedo a la política;El mal reside más bien en que el Poder, hecho Deus Mortalis, hecho máquina, domine a los maquinistas y los destruya y trate de determinar y modificar mediante su religión estatal la naturaleza humana.
    Estamos ante más que una crisis de régimen, estamos, en mi opinión, ante una crisis de Forma Política.


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    1. Querido Antonio, me alegra leerte.
      Al hablar de intervenciones políticas en formas no estatales ¿podrías indicarme a qué te refieres? Pones como ejemplo al Imperio Romano, pero son muy conocidas las intervenciones en materia de economía que siempre salieron mal (manipulación de la moneda, subsidios al trigo, pan subvencionado en la capital, etc.). Al Imperio Romano le derrumbó su economía subvencionada y estatal, no los bárbaros.

      Al decir que gobernar=prohibir das en el clavo. Ahora bien, no veo prohibición actual que no sea arbitraria, injusta e ineficaz. Me hablas del control de fronteras y olvidas que con eso lo único que fomentas son mafias o ahogamientos en el estrecho o en el Mediterráneo. Buscan reducir el drama de la inmigración y la convierten en el algo todavía más dramático.

      No estoy en contra del poder, sino en contra del poder político, que siempre es violento, represivo y coactivo.

      ¡Gracias por comentar!

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    2. Siento la tardanza..
      El Imperio Romano ... Por muchas intervenciones económicas que hubiese, mucho pan y mucho circo, la estatalidad afecta a bastantes más cosas que a la economía. Afecta al modo de mando de lo político, que mantenía el mando personal... No había un cuerpo permanente de burócratas ... Etc
      Aunque quizá sea un mal ejemplo , puede ser.
      Pongamos otro: el régimen ateniense: había poder político y no era necesariamente malo. En los reinos medievales podemos observar a menudo un uso sano del poder político etc

      Ciertamente nadie nos salva de la condición humana y con estatismo o sin él, se pueden corromper los gobiernos.

      Dudo que las causas de su derrumbe sean sólo económicas, la tesis de Huerta de Soto creó que es un poco simplista...

      Bueno con respecto a las políticas fronterizas, hablaba en abstracto a modo de ejemplo. Que creó que sigue siendo válido por ejemplo para casos en los que sea necesaria la defensa ,verbigracia, islamistas radicales (Colonia).

      Un placer poder hablar en este blog, recordándole con estima, un saludo!

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  2. 1- Lo de las rastas y tipos con poca higiene personal, me parece un insulto más propio de un nazi que de un filósofo. Comentario desafortunado, que yo, la verdad quitaría, porque así no se construyen puentes de entendimiento entre ideologías políticas.
    2- Hay ejemplos de paises intervencionistas, como Islandia, que funcionan bastante bien. Así que la tesis de que el intervencionismo es malo, sea cual sea y como sea, ateniendonos a la realidad, es falso. La postura mas razonable en estos temas es que depende de muchas cosas, entre ellas la cultura. En todo caso, estoy en parte de acuerdo con que demasiado intervencionismo y politica lastra la economía.

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    1. Hola Juan,

      1) Siento ofenderte, pero de hecho tenemos políticos con rastas y poca higiene personal. No es un insulto, sino una observación objetiva. Respecto a lo de llamarme nazi, en fin, te remito a la ley de godwin (aquí https://es.wikipedia.org/wiki/Ley_de_Godwin).

      2) El intervencionismo no causa su riqueza sino que en todo caso es su consecuencia. Los países nórdicos son muy ricos y eso les permite obtener grandes ingresos fiscalmente. Pero la riqueza es previa a la intervención, no su causa. Podemos citar también países muy intervencionistas cuya pobreza se debe precisamente a la intervención: Cuba, Corea del Norte, Venezuela, países africanos, etc.

      En conclusión, defender la intervención debido a que los países nórdicos son ricos es completamente arbitrario, pues son ricos A PESAR DE esa intervención.

      ¡Gracias por comentar!

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    2. Disculpa la comparación. En todo caso, ¿como deduces objetivamente que tienen poca higiene personal.?. ¿Atribuye s la falta de higiene personal al uso de las rastas.?. Respeto al segundo punto, ¿como explicas entonces que islandia, mejorase economicamente justo cuando decidieron intercenir la banca.?. No sé, no creo que la intervención sea mala en si aunque es verdad que en paises pobres quizá sea mejor no intervenir para favorecer el crecimiento empresarial.

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    3. Las rastas si se lavan con jabón se deshacen ,si se mantienen es que no se lavan con jabón. Le garantizo que cuando he dejado de lavarme el pelo con champú 3 dias el resultado es una marranada. Muy higiénicas no parecen ser.
      La riqueza no es únicamente económica comparemos el número de suicidios en Chile y Canadá, países igualmente cercanos a los polos, con los que hay en los países nórdicos. La supresión de la libertad consume a las sociedades por muchas pildoritas de bienestar que se les administre.
      Mr. Anónimo

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  3. O sea según tu en Suecia se suicidan más porque no hay libertad?. Si en Suecia no hay libertad, ¿por qué no se suicidan más en cuba?. Argumento falaz. El capitalismo no es libertad, ningún sistema es libre del todo porque la libertad tiene limites. El límite es los demás. Si yo tengo libertad para conducir a 200 ppr hora pondré en peligro la vida de los demás. Ese es el límite. El jabón no es una miesrra de higiene. Los gatos se limpian con la lengua y son más higiénicos que cualquier obsesivo de la limpieza. La higiene no es mas que una mentira del proceso de civilización que suprimió a través de las costumbres aristócratas la libertad de los individuos de poder expresarse sin represión. Que paradoja, el capitalismo contradicciendose a si mismo. Y que conste que no estoy en contra del capitalismo, pero ni mucho menos es un sistema tan bueno como se dice aquí. Saludos.

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  4. Bueno quien le ha dicho a usted que haya más libertad en Suecia que en Cuba. En Cuba a Dios gracias hay mucha corrupción y mucho mercado negro sino sería insostenible. Que Suecia sea Estado maternal y no paternal como el cubano no significa que sea menos represivo. (Además al fin y al cabo los estados en Latinoamérica no terminan de cuajar, quizá porque al fin y al cabo es muy poco acorde a la mentalidad Latina)
    Como se infiere de lo que se ha dicho aquí antes el Estado es distinto de un despotismo. En el castrismo existr un despotismo tremendo , pero un país en el que todo se consigue en el mercado negro no es tan Estado como Suecia. En Cuba hay si se quiere decir así, más orden y más violento, en Suecia más organización. El Poder sueco es como ya nos advirtió el bueno de Alexis de Toqueville un Poder benevolente que como diría Hannah Arendt pretende controlar tu vida “desde la cuna a la sepultura”. Los cubanos lo pretenden pero no son eficaces porque lo masculino esta en crisis y los estados paternales también.
    Mi más cordial saludo.
    Mr. Anónimo.

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  5. Dejando de lado las ideologías y los sistemas económicos, no tengo ninguna pretensión de defender el comunismo, ¿que sociedad o grupo de seres humanos no tiene cierto grado de represión en su sistema?. ¿Es que acaso el capitalismo no ejerce la represión cuando dentro de un sistema de mercado libre a algún psicópata se le ocurre utilizar el miedo para alcanzar mayores cuotas de poder, por ejemplo.?. El asunto es, ¿hasta que punto un individuo debe ser libre de hacer lo que quiera?. Los capitalistas parecen afirmar que un individuo debe ser totalmente libre, que no necesita ningún mecanismo de control sobre sus movimientos económicos. Para mi eso es un terrible error, tanto como intentar controlar toda su vida porque estadisticamente, sabemos que tres de cada 100 individuos que conozcas no van a respetar las reglas del juego, van a hacer trampas y van utilizar el miedo y la violencia para ganar más. Con que sólo introduzcas una mosca en un trozo de carne, surgirán miles de gusanos. Una vez que aparece un sujeto así dentro del sistema, se derrumba todo, como fichas de dominó. El capitalismo no funciona, hace aguas por todos lados y hará más en el futuro. Ciertamente nos ha dejado grandes enseñanzas. Eso hay que reconocerlo también y yo no tengo problema en hacerlo, pero no es mejor que el socialismo, tampoco peor. Diferente, eso es todo.

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