lunes, 3 de septiembre de 2012

III) ¿Por qué la gente rechaza la filosofía?

¡Hola compañeros!

Hoy he vuelto a trabajar... Mi humor no está demasiado brillante, digamos. Pero aun así, me debo a mi público así que aquí me tenéis un día más para intentar averiguar las causas del rechazo de la sociedad a la filosofía. Quiero dejar claro que no todo el mundo rechaza la filosofía, sino que la actitud general es de un cierto desprecio hacia esta disciplina.

Comentamos que se nos habían ocurrido tres motivos de rechazo: el primero consistía en la dificultad de los conceptos y palabras filosóficas; el segundo radica en la incapacidad (supuesta, creo haber mostrado) de la filosofía de responder adecuadamente a las preguntas que plantea. El tercer concepto es más metodológico, pero creo que muchos de vosotros estaréis de acuerdo con él o lo habréis sufrido en algún momento.

3.- "Mi profesor de filosofía me hizo odiar la asignatura"

Este es el motivo más frecuente en muchos de los haters. Parece un poco peregrino, en el sentido de que no podemos valorar la importancia de una disciplina por un profesor concreto que nos hizo odiarla. Esto es cierto, pero no es menos cierto que es responsabilidad de una ciencia el hacerse querer, el hacerse comprender de un modo ameno o entretenido y a la vez formativo. Parece increíble y muchos de vosotros no me creeréis pero es posible enseñar algo y la vez entretener. Lo juro, se puede. No siempre y en todo momento, es verdad, pero es posible. El problema de la filosofía es que resulta una asignatura tremendamente caristmática. Depende completamente de la capacidad del profesor para hacerla amable. Esto es cierto en todas las asignaturas, pero filosofía es especialmente sensible al síndrome del "buen y el mal profesor".

¿Qué es un buen profesor? En mi opinión, para empezar un buen profesor ha de escuchar casi tanto como habla. En filosofía toda opinión es válida, siempre que esté razonada. Si despreciáramos una opinión por considerarla muy extremista, muy infantil, muy trivial, etc., haríamos un flaco favor a la filosofía, que busca siempre el debate sensato y razonado. En un mundo como el que vivimos, se ha de favorecer el emitir opiniones sin prejuicios ni tabúes. El profesor actúa así de catalizador para que los alumnos vayan poco a poco refinando sus propios valores e ideales, haciéndolos más sólidos y fuertes.

Un profesor también ha de ser capaz de comunicar pasión por la asignatura. La filosofía no es solamente una ciencia, sino que constituye ante todo una forma de vida, una actitud vital ante las cosas. Si no nos lo creemos los profesores resultará imposible que un alumno se empape de ella. La filosofía es sabiduría, y pocas cosas hay tan vitales como la sabiduría. NO ES ERUDICIÓN. No me cansaré de repetir que en la filosofía son más importantes las preguntas que las respuestas. No es una cuestión de aprender un contenido y vomitarlo sobre un examen, sino que hemos de irradiar esa maravillosa sensación de inviolabilidad e invencibilidad de la que disfrutan los verdaderos sabios. Los sabios tienen respuestas para las cosas, porque las han vivido, y no porque lo han aprendido en libros de texto.

En resumidas cuentas, un verdadero profesor de filosofía ha de estar abierto siempre a la crítica y a las opiniones de todo tipo, pero ante todo debe ser filosofía, vivir como un filósofo, sentir como un filósofo, amar su asignatura.

Y a riesgo de sonar cursi concluiré que solamente si amas algo realmente, conseguirás que tu mensaje de amor sea creíble.

¡Saludos filosóficos!

11 comentarios:

  1. Muy grande esta entrada. Me ha gustado mucho. Continuaré esperando más entradas tuyas!

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  2. Grandísima Luigi,y que cierta. No todos tuvimos la suerte de tenerte como Magister!. Y la última frase, épica. Según Churchill
    "Before you can inspire with emotion, you must be swamped with it yourself. Before you can move their tears, your own must flow. To convince them, you must yourself believe."

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    1. gracias currington, me acordé de la frase del bueno de Winston, pero no recordaba cómo era exactamente. ¡Agradezco tu precisión histórica!

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  3. Siempre tan inspirador, tu forma de pensar y especialmente de exponer tus pensamientos hace que me replantee si de verdad no quiero estudiar la carrera de filosofía y ser profesor. Y lo digo muy seriamente.

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  4. ¡Hola misántropo!

    Te animo a que te plantees lo que realmente quieres hacer en el futuro. Si te gusta la filosofía, si te gusta leer, escribir, pensar, despreciar, envidiar, dudar, admirar, etc., pocas carreras te encajarán mejor que esta.
    Si estudiamos lo que no nos gusta por miedo al que dirán no seremos diferentes a los demás. ¿Qué te gustaría estar haciendo dentro de 5 años? ¿Qué te gustaría realmente?

    Persíguelo. Si tú no te lo crees, no se lo creerá nadie.
    ;)

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  5. Con permiso expongo mi teoría sobre el asunto:
    Hay quien niega que le guste leer; lo hemos oído cientos de veces. No obstante, leer es en esencia interpretar unos signos, cosa de la que es difícil afirmar si te gusta o no, porque se hace casi inconscientemente una vez aprendido. Yo creo que esos potenciales lectores no han encontrado qué es lo que les gusta leer.
    Por ende, entiendo que hay gente -la verdad es que no creo que haya excepción- a la que no le gusta preguntarse por algunas cosas, y que puede confundir esto con que no le guste filosofar. La cuestión estriba, creo, en que filosofar lo hace todo el mundo con mayor o menor conciencia, pero “filosofistas” hay pocos. La afición a algo lleva a puntos por los que los demás presentan una severa falta de interés. Los temas sobre los que se filosofa marcan la diferencia: si no tienes interés por uno menos lo tienes por profundizar en el tema hasta el extremo. Puede que hacer entender esto a alguien le lleve a tomarse la idea de otra manera, tal vez ahí esté la labor del profesor, no sé.
    Creo que todos los campos del saber y de la vida tienen un poco de lo mismo: cada cual tiene sus usos, pero llevado al extremo toma un camino que lleva a un lugar al que no todos quieren llegar.
    Creo, concluyendo, que la filosofía es una herramienta que deberíamos utilizar y amar por lo esencial que es y lo útil que resulta antes incluso que por su capacidad de entretener. Que cada cual profundice en mayor o menor medida es cosa de gustos más que de odios, en mi opinión.

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    1. Hola William,

      Efectivamente, saber inculcar en los interesados el amor por la disciplina filosófica es labor difícil, espero ir consiguiéndolo poco a poco con este blog.
      Gracias por el comentario,

      ¡Un saludo!

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  6. Bueno....la gente no sabe lo que es la filosofia. En la escuela se da una idea equivocada y poco participativa a traves de una historia de la filosofia sin conexion con el mundo actual y sus problemas. No se enseña a filosofar porque no interesa. El mercado laboral es quien diseña la educacion a pesar de que eso conlleve la renuncia a pensar correcta y autonomamente. Hoy en dia una persona es habitual que no conozca mas filosofia que la propia y este sujeta a la improvisacion y manipulacion .

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    1. En realidad la cuestión es todavía más compleja, pues la educación no está en manos del mercado laboral sino en manos del Estado. Al mercado laboral le interesa gente creativa y autónoma que sea capaz de fabricar y generar riqueza; al Estado le interesan borregos que digan sí y voten.
      Al final es complicado conseguir una educación plural y libre, pero creo que se consigue más por la vía de la iniciativa privada que por la vía estatal y pública.
      Pero esto se nos va del contenido de la entrada...
      ¡Muchas gracias por comentar, amable desconocido!

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  7. Querido compañero,
    Estoy en mis primeros dias como profesora de filosfia y persigo transmitir ese amor del que hablas. Me falta experiencia y conocimiento pero el peor problema que se me presenta ahora es la falta de tiempo unida a la preparación para unos examenes diseñados para vomitar la información.
    Ante eso, solo cabe adaptarse.

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