¡Hola compañeros!
Decíamos el otro día (aquí, exactamente) que tanto la libertad como el Estado son conceptos importantísimos en la filosofía política de nuestro tiempo. Tanto que podemos afirmar que todas las discusiones hoy en día acerca de la política giran en torno a este tema y a todas las dudas que se suscitan en él:
- ¿Es el hombre bueno o malo por naturaleza (con toda la infinita gama de grises intermedios)?
- ¿Es el Estado algo bueno o malo por naturaleza (ídem)?
- ¿Es la libertad del hombre algo que debe ser controlado o fomentado?
- ¿Cuál es el papel del Estado respecto a la libertad del hombre?
- ¿Debe ser el Estado el que debe limitar la libertad?
- Si es así, ¿tiene el mismo Estado límites a ese control que puede ejercer sobre la libertad?
Y así podríamos seguir páginas y páginas. Es un tema vastísimo que obviamente es muy difícil de cubrir en una sola entrada de blog. Por eso voy a intentar ser lo más pedagógico posible y si hace falta extenderlo en alguna entrada más, qué demonios, que así sea (hacédmelo saber en los comentarios).
Lo primero que hay que considerar es lo siguiente: ¿es la libertad del ser humano algo deseable o no? Si alguien responde que no a esta pregunta haríamos bien en preguntarle qué hacemos entonces con ella. Probablemente nos respondería que lo verdaderamente deseable es un control férreo de esa libertad para que no se desboque y produzca injusticias y violencia. Pero aquí entramos en el problema verdadero de este planteamiento: ¿quién controla esa libertad? Hemos de pensar muy cuidadosamente la respuesta, pues no resulta sencilla. Este hipotético antilibertario podría proponer varias opciones pero la más probable es el Estado. Claro. El Estado...
Pero esto asumiría que el Estado es un ente abstracto completamente apartado del mundo de las decisiones humanas, cuando en realidad el Estado es también producto de la libertad humana. Es decir, las decisiones que toma el Estado la toman personas, que deciden libremente coartar la libertad de los demás para la protección de la sociedad. ¿Nos damos cuenta de la contradicción a la que estamos llegando? Puede parecer una simple sutileza lógica pero nos estamos jugando demasiado como para que esto no salga perfectamente bien.
¿Cómo actúa el Estado para limitar y controlar esa libertad? Principalmente de un modo coactivo sobre las vidas de las propias personas, prohibiendo y sancionando las conductas que cree inapropiadas o peligrosas (o subvencionando y facilitando aquellas que considera deseables, lo cual no deja en el fondo de ser la otra cara de la misma moneda). Por ejemplo, el Estado considera que ir a más de 120 km/h es una conducta dañina y lo limita y lo sanciona por medio de multas y controles (radares, por ejemplo). Son innumerables los ejemplos que podemos encontrar de injerencias del Estado en las vidas de las personas (seguro que vosotros podéis pensar en algunos también) pero todos están encaminados en la misma dirección: controlar y encauzar el comportamiento de los ciudadanos por el propio bien de los ciudadanos. Es decir, el Estado actúa como un ente paternal y amoroso que cuida a sus retoños para que no se lastimen ellos solos, de un modo parecido a como los padres cuidan de sus hijos para que no se hagan daño.
¿Es correcta esta visión? ¿Es justa? ¿Es cierto que la libertad ha de ser controlada y gestionada por un ente supuestamente superior a las propias personas como es el Estado?
Uhm..., resulta que me he quedado sin espacio. Si verdaderamente hay interés en esto, insisto en que me lo comentéis y continúo con ello (es probable que lo haga de todos modos XD). Aquí os dejo otra vez con el bueno de Quino (¡qué gran dibujante, por Dios!).
¡Saludos filosóficos!
Sería interesante conducir el tema hacia el Estado del bienestar y sus distintos modelos, porque los nórdicos tienen muchas diferencias respecto de los mediterráneos y así podemos examinarnos a nosotros mismos como nación con una perspectiva más amplia.
ResponderEliminarAhí le has dado... El lógico desenlace de esta discusión deberá centrarse en los modelos actuales de Estado.
EliminarGracias por comentar psicópata XD
Tengo una duda... Qué pudo ilustrarla mejor con esta pregunta: ¿Tiene el Estado autoridad moral para obligarnos a todos a ir con cinturón de seguridad puesto? En aras de qué lo hace? es una pregunta que siempre me he hecho...
ResponderEliminarSupongo que la obligatoriedad en el uso del cinturón como del casco obedece al ahorro en el gasto médico generado por las lesiones producidas en caso de accidente. Es decir, no te pongas casco, pero no quieras que todos paguemos tu irresponsabilidad.
EliminarQueridas ambas,
EliminarLa obligatoriedad en el cinturón constituye una injerencia más del paternalismo estatal en la vida privada de las personas. Realmente hay muy pocos argumentos que puedan defender una obligación así.
Se suele aludir al coste económico que supone el no llevarlo (en términos de sanidad) pero esa es un excusa peligrosa, pues prácticamente todo lo que hacemos conlleva un riesgo personal (desde fumar a comer una triple whopper). ¿Dónde está el límite?
¡Gracias por comentar!
Por otro lado y al hilo de la respuesta a Teresa, cabría preguntarse por qué el gasto sanitario debe recaer en todos nosotros. Pero este tema seguro que es tratado por fin Luis en alguna otra entrada de su fantástico blog
ResponderEliminarUy, qué tema tan espinoso. ¿Por qué debo pagar a alguien su sanidad? ¿Es porque se considera un "bien indispensable"? También la comida es un bien y que yo sepa cada uno se compra su comida y no existe tal cosa como los "supermercados públicos"...
EliminarRealmente no tiene tampoco mucha justificación...
El estado deberia actuar como padre o de forma justa.
ResponderEliminarLa liberta tiene que ser limitada, por lo de que no se produzcan injusticias, pero hay veces (casi siempre) que el propio estado, el regulador de la libertad es el que comete las injusticias.
Lo del hombre bueno o malo, el hombre es bueno por naturaleza, y luego se puede ir enranciando con el tiempo.
Y lo del cinturon o el casco pienso yo que es por nuestra seguridad, ¿no? Si vas con la moto y te caes, si llevas casco te puedes hacer algo pero si vas sin casco te puedes matar.
Un saludo, Futura Presi de España.
Como siempre, una opinión con sentido (aunque yo disienta). ¡Gracias por comentar!
EliminarEl estado es una máquina innecesaria y profundamente dañina , se ha creado un monstruo. Lean Dalmacio Negro , altamente recomendable
ResponderEliminarQuerido Antonio, qué alegría tenerte por aquí.
Eliminar¿Anarquismo? ¿Liberalismo? ¿En qué punto te hallas?
¡Gracias por comentar!
Pues el anarquismo creo que tiene un problemilla , pero no me caen mal.
EliminarYo parto de la distinción entre Gobierno y Estado. El Gobierno es necesario , el Estado no , nació con la modernidad. Un anarquista no solo es anti estado y también es antigobierno. Yo solo minarquista.
Por otro lado el término liberal es taaaaan amplio y se han hecho y dicho tantas cosas en su nombre en contra de la libertad, que tampoco me clasifico ahí.
Creo que prefiero no clasificarme, aunque asi para entendernos, en lo económico seria muy liberal.
Un placer Don Luis !
El estado es una máquina innecesaria y profundamente dañina , se ha creado un monstruo. Lean Dalmacio Negro , altamente recomendable
ResponderEliminarEl hombre antes de ser bueno o malo es pura lógica. Al nacer se le enseña a ser bueno y por lógica lo que no es malo es modelo de conducta. Por desgracia queridos amigos/anónimos/profesores el mal no es malo, es la cosa más agradable que se haya descubierto, asi que para aquel recién nacido hay tantas maldades que son tan buenas... Pronto ese niño será bueno, es lógico, no ha hecho nada que le sea malo. Es aqui donde la pregunta se ha disfrazado, don Luis, no se trata de si es bueno o malo, sino de que es para él bueno o malo. Eva y su reacción en cadena... Gracias a este profesor por dejarme pensar.
ResponderEliminarA ti por compartir tus pensamientos con nosotros. ¡Un saludo!
EliminarYo creo que si vives dentro del sistema estas aceptando sus condiciones , la verdadera libertad del hombre no esta sujeta a ningun tercero en mi opinion.
ResponderEliminarEso nos decía Sócrates al renunciar a escapar de la cárcel. ¡Gracias por comentar!
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