lunes, 14 de enero de 2013

¡Dios ha muerto!

¡Saludos compañeros!

Una de las frases más oídas y peor comprendidas de la historia de la filosofía es la que da título a nuestra entrada de hoy. Nietzsche anunció la muerte de Dios en varias partes de su obra. De hecho, tomó la expresión de Hegel, aunque él la popularizara y le diera el sentido más profundo. La formulación más impactante de este anuncio lo encontramos aquí:

Dicho hombre, frenético o loco, cierta mañana se deja conducir al mercado. Provisto con una linterna en sus manos no dejaba de gritar: «¡Busco a Dios!» Allí había muchos ateos y no dejaron de reírse. Los descreídos, mirándose con sorna entre sí, se decían: «¿Se ha perdido?» «¿Se ha extraviado?». Y agregaban: «Se habrá ocultado». «O tendrá miedo». «Acaso se habrá embarcado o emigrado». Y las carcajadas seguían. El loco no gustó de esas burlas y, precipitándose entre ellos, les espetó: «¿Qué ha sido de Dios?» Fulminándolos con la mirada agregó: «Os lo voy a decir. Lo hemos matado. Vosotros y yo lo hemos matado. 
"Así habló Zarathustra"

¿Qué quiere decir el filósofo con este anuncio? Obviamente no se refiere a la muerte física de Dios sino a algún otro tipo de acontecimiento cataclísmico. En esa crítica feroz que lleva a cabo de la cultura occidental Nietzsche el mayor obstáculo que tiene que retirar es Dios. Para él Dios (y, más concretamente, el Dios cristiano) es la última barrera en el camino a la autorrealización del ser humano. Dios constituye la cima de la cultura occidental, el gran producto de la Razón (¡la odiada Razón!) que nos oprime y nos impide ser nosotros mismos.

Podemos sentirnos tentados de odiar a Nietzsche o a amarle según nuestras inclinaciones religiosas pero debemos recordar que él no está matando a Dios, sino simplemente anunciando su muerte. El problema no es que haya que eliminarlo de nuestra cultura para refundarla, sino que ya ha desaparecido de hecho. Dios ya no está presente en nuestra cultura ni se le tiene en cuenta para nada. Es una reliquia de tiempos pasados, una momia mantenida con vida, un cadáver ambulante que sigue entorpeciendo la marcha del ser humano sobre este mundo.

Al margen de lo que pensemos de Nietzsche no podemos menos que estar de acuerdo con él en que Dios ya no está presente de modo activo y configurador en nuestra cultura. Lo estuvo, ciertamente, pero ya no. Eso no quiere decir que no exista gente religiosa, o que las religiones no jueguen ningún papel. A lo que se refiere es a que Dios ya no nos acompaña y que su vacío ha de ser llenado con otros Absolutos (dinero, placer, poder, etc.). Nietzsche desplaza el centro de gravedad desde Dios hasta el hombre. El Hombre es el nuevo absoluto, el nuevo Dios. Ya no estamos obligados a seguir ciegamente unas normas morales que nos atan a una visión del hombre limitada y estrecha, sino que el verdadero hombre (el Superhombre) es aquel capaz de subvertir el orden moral y crear nuevos valores y nuevas normas morales que le lleven por el camino de la autosuperación sin cortapisas a la voluntad. No hay límites a nuestro querer, Dios no existe, por lo que podemos hacer lo que queramos para construirnos a nosotros mismos.

La sociedad actual es un producto de estas ideas, y podemos rastrear los eslóganes de los anuncios para descubrir a Nieztsche detrás de algo tan trivial como las campañas publicitarias:



La idea fundamental es que no existen límites a nuestra voluntad: desaparecido Dios todo es posible y un horizonte nuevo se abre ante nosotros. ¿Se os ocurre algún eslogan más que encaje aquí?

¡Saludos filosóficos!

9 comentarios:

  1. Queremos más! Queremos más!

    comparo la sensación como si fuera una dulce copita de miel....

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    1. Qué metáfora más inquietante...
      Estoy trabajando en la siguiente entrada, pero está siendo una semana de locos. ¡Gracias por comentar!

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  2. Interesante, la verdad es que siempre me había parecido bastante prepotente matar a Dios, pero ese fragmento de su Zaratustra es magnífico. Como la filosofía fundamentalmente es diálogo...voy a meter a otro filósofo de por medio, a Ortega concretamente XD tal vez, el hecho de que Dios esté muerto y que no tengamos ataduras morales, esto es, ningún código de conducta, nos deja, en principio, la libertad más radical y absoluta. No obstante, vivimos en una sociedad en que el hombre-masa que Ortega planteó domina, y es justo aquí donde yo veo la pega al planteamiento nietzscheano: el hombre necesita de una guía, y si no le vienen impuesta, que es el caso, la tiene que buscar por sí mismo; y el problema es que el hombre no está, a mi parecer (y con una lectura reciente de La rebelión de las masas) preparado para buscarla, y tal vez fruto de esto sea la situación que estamos padeciendo a nivel político, reflejo de una decadencia a nivel moral, producto a su vez de esta rebeldía sistemática. Saludos!

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    1. Ortega de hecho habla de la vida humana como si fuera un naufragio. El hombre es un ser a la deriva que trata de no ahogarse, de salir a flote. lo único que puede mantenernos a flote, dice Ortega, es la cultura, pues Dios ha desaparecido de nuestra civilización.
      Ortega leyó a Nietzsche y de ahí sacó el famoso raciovitalismo, que tantos elementos nietzscheanos contiene.
      ¡Muchas gracias por comentar!

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    2. Pero definitivamente, al afirmar que la cultura es lo único que nos puede mantener a flote, no deja la libre elección que deja Nietzsche para construir, admite que no todos tienen madera para tomar la mejor decisión...voy a darle para que me avise si me respondes, que si no no me entero jejeje

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